16/9/14

Del mar a la tierra: impactante descubrimiento cientifico

Un pez que camina revelaría secretos de nuestra evolución. Investigadores criaron en tierra a un pez africano para averiguar qué variaciones anatómicas experimentaron los primeros tetrápodos hace 400 millones de años
Como parte de nuestra evolución, hace unos 400 millones de años hubo peces que salieron de los océanos y comenzaron a explorar la tierra. Así nacieron los primeros tetrápodos, anfibios, reptiles, aves y mamíferos que conocemos en la actualidad. Durante años esta versión fue duramente criticada y toda la investigación al respecto fue encajonada por la institución religiosa más grande de nuestro planeta. Pero con el correr de los años la comunidad científica fue trabajando arduamente para intentar instalar en la población mundial la idea de que todos los seres vivos tenemos un antepasado en común y que provenimos del agua. Sin embargo, todavía no se conoce cómo fue que estos antiguos peces utilizaron su cuerpo y aletas para adaptarse al
ambiente terrestre. Los procesos evolutivos que tuvieron estas especies siguen siendo un misterio para los científicos. Para intentar comprender qué sucedió cuando los peces salieron del mar por primera vez, investigadores de la Universidad McGill -en Canadá- fijaron su atención en un pez llamado Polypterus senegalusm, especie africana que puede respirar aire, "caminar" en tierra y tiene características muy similares a los antiguos peces que evolucionaron en los tetrápodos. Durante casi un año los científicos criaron en tierra a un ejemplar juvenil de Polypterus, con el objetivo de descubrir cómo actuaban y se movían estos peses en ese ambiente. Los académicos publicaron sus conclusiones en la revista Nature. "Queríamos utilizar este mecanismo para ver qué nuevas anatomías y comportamientos podríamos desencadenar en estos peces y ver si coinciden con lo que sabemos de los registros fósiles", explica Emily Standen, responsable del proyecto. Según el informe el pez mostró significativos cambios, tanto en su anatomía como en su comportamiento. Aprendió a caminar con mayor eficacia colocando sus aletas cerca de su cuerpo, levantó la cabeza y evitaba que sus aletas resbalaran tanto como los peces que fueron criaron en el agua. "Anatómicamente su esqueleto pectoral cambió para hacerse más alargado con uniones más fuertes a través de su pecho, posiblemente para aumentar el apoyo al caminar, y disminuir el contacto con el cráneo para potencialmente permitir un mayor movimiento del cuello y cabeza", describe Trina Du, quien también participó en el estudio. Este experimento con el Polypterus llevado a la tierra es único, indicaron los científicos de McGill. Además ofrece nuevas ideas sobre cómo los peces fósiles pueden haber utilizado sus cuerpos en un ambiente terrestre, considerando los procesos evolutivos que estaban en juego. "Este es el primer ejemplo que conocemos que demuestra que la plasticidad del desarrollo puede haber facilitado una transición evolutiva a gran escala, mediante el acceso a nuevas anatomías y comportamientos que más tarde podrían ser fijadas genéticamente por la selección natural", asegura el investigador Hans Larsson