24/4/17

LA ADICCIÓN NOCTURNA A LOS DULCES

Esa necesidad imperiosa de comer algo dulce en horas nocturnas que suelen experimentar sobre todo las mujeres, puede tener su origen en causas hormonales. Sobre esta adicción y sobre muchos otros aspectos del cerebro y su funcionamiento, escribe el Dr. Norberto Abdala en su reciente libro Mi cerebro, mis hormonas y yo, de editorial Planeta.



En el capítulo denominado “La búsqueda del placer”, Norberto Abdala se refiere a la importancia de la serotonina que, al despertar, “se encuentra muy elevada y por tal razón no apetece comer un plato de fideos, ni un chocolate ni tampoco un helado”.

El nivel de serotonina en el cerebro, escribe Abdala, suele permanecer estable en la mayoría delas personas pero, “en una minoría desciende a partir del atardecer, lo que conduce a sensaciones de tensión, irritabilidad o cansancio”. Esta situación, entre los afectados, se profundiza aún más en los meses de frío.

¿Cómo revertir ese estado? “Ingiriendo un alimento rico en hidratos de carbono”, ya que así se recobra transitoriamente la calma y el bienestar, asegura el doctor. Muchas mujeres se sienten mejor tras la ingesta de dulces y de chocolates, ya que favorecen la síntesis cerebral de serotonina.

Por eso los cambios hormonales predisponen a muchos a una necesidad extrema de comer dulces.

¿Por qué no se puede parar de comer alimentos dulces? Porque al ingerirlos aumentan los niveles de azúcar en la sangre los cuales son rápidamente barridos al aumentar la natural producción de la insulina, para cumplir así esta con su función específica. Y la disminución del azúcar en la sangre llevará a la persona a comer nuevamente dulces y continuar así el círculo vicioso.

Entonces, irse a la cama con un chocolate o con aquello dulce que se tenga a mano, bien podría ser consecuencia de una necesidad química más que de falta de voluntad (esto último, pensando en quienes desean cumplir con un régimen). Por tal motivo, nada mejor que consultar con un médico de confianza para chequear como están funcionando nuestras hormonas.