Fue invitada a pedido de la familia del fallecido cantante. La joven protagonizó recientemente un hecho policial en un restaurante de Manhattan
Gabriela Pochinki, la soprano argentina arrestada recientemente en un restaurante de Manhattan por haber hablado demasiado alto por teléfono, cantará hoy en Las Vegas con motivo del lanzamiento de la película de Michael Jackson This Is It.
De hecho, dijeron la cantante lírica y su abogado, la conversación que habría molestado a comensales del lujoso café Nice Matin el pasado 18 de octubre era precisamente con los organizadores de ese espectáculo, al que fue invitada por la familia Jackson.
"Pido perdón si molestó mi conversación telefónica", expresó Pochinki, de 40 años. Según su abogado, el tenor Barry Black, empleados del restaurante se quejaron del volumen de su voz con su madre, con quien la cantante cenaba sin darse cuenta de lo que estaba pasando.
"Estaba completamente inmersa en la conversación", dijo Black a la prensa. "En ningún momento se percató de lo que estaba ocurriendo cuando de pronto apareció la policía y le dijo que la acompañara y le quitaron la comida".
Pochinki fue acusada de alteración del orden público, permanencia no autorizada en un establecimiento comercial y obstrucción de la Justicia. Pero el abogado y la cantante dicen que algunos medios exageraron (pues ella habría salido del restaurante sin hacer ningún drama) y el viernes el caso se levantó en contemplación de una anulación, lo que quiere decir que en seis meses los cargos menores se anularán si no se mete en problemas.
"El caso se cerró. En seis meses será como si nada hubiera pasado", dijo Black. La cantante calificó el incidente como "un mal momento" que trató de "convertir en lo más positivo posible". Lo comparó con cualquier ópera trágica que haya interpretado (pero con un final feliz) y relató que durante las dos horas que pasó detenida, teniendo ganas de llorar, recordó la opereta El murciélago de Johann Strauss (donde uno de los personajes se consuela en la cárcel cantando) y pidió permiso para calentar la voz.
"Empecé a cantar (Somewhere de West Side Story) y a medida que iba cantando ellos iban sintiendo... Se dieron cuenta que era una cantante de ópera y me aplaudieron, se aflojaron un poquito. Y mi mamá, que estaba afuera, me oyó y se tranquilizó, se dio cuenta que todo estaba bien", dijo la artista bonaerense, que ha interpretado grandes papeles de la ópera y ganado premios que incluyen el de mejor cantante del mundo en el Festival de la Lírica en Italia.
"Cuando me iba me pidieron que cante otra más", añadió entre risas. "Eso fue lo lindo, haber sentido lo que uno vive en el escenario... en vivo y en directo. (Pero) la Justicia acá es buena, es justa, y agradezco mucho (el final feliz)".