Para correr una carrera de atletismo en Rio de Janeiro, el guardavida y cantante Paulo Henrique dos Santos, de 35 años, decidió vestirse como el Increíble Hulk y exhibir sus fuerzas, dignas del héroe de la película.
Durante la competición, en la favela conocida como Complejo Alemán, el traje fue un éxito. Pero al momento de deshacerse de su disfraz, Paulo se encontró con una sorpresa: no podía quitarse el colorante que se había colocado en la piel lo que en la película hubiera significado la imposibilidad de volver a la "forma humana".
Incluso después de pasar varias horas en la ducha tratando de quitarse el maquillaje que utilizó para crear el personaje, permanece completamente verde.