Diez palomas mensajeras, emprendieron vuelo desde Yokshire (zona rural del norte de Inglaterra) con destino a Skegness, a unos 120 kilómetros. Viajaron provistas de pequeños dispositivos de memoria USB. Simultáneamente, un operador inició una descarga de un archivo de video de 300 MB. Mientras que las plumíferas alcanzaron su destino en una hora y cuarto, la descarga programada del archivo aún permanecía en un 24% de su totalidad. Un verdadero papelón.
La experiencia, organizada por Tref Davies, tenía por objetivo poner en evidencia la lentitud del servicio que se ofrece en zonas rurales (vaya si lo lograron) y, en lo posible, mejorar las comunicaciones.
Winston, la pionera
Tal el nombre de la primera paloma que logró una hazaña similar el año pasado en Sudáfrica.
Compitió contra el servicio de ADSL de la firma más grande de Internet del país. Equipada con una memoria portátil de 4GB, levantó vuelo desde una oficina del pueblo de Howick para entregar la información en otra oficina de Durban que se encuentra a 96 km. A Winston le llevó dos horas para recorrer esa distancia y entregar su encargo a destino, mientras que en el mismo lapso el servicio de ADSL apenas había enviado el 4% de los datos. ¿Volverán las señales de humo?