Desde que se los conocen como fuente de infecciones transmitidas por alimentos, los brotes son uno de los principales sospechosos para los epidemiólogos que investigan estos casos. En los Estados Unidos se han registrado múltiples epidemias causadas por brotes de alfalfa, poroto y trébol.
Realizar cultivos seguros no es tarea fácil. Es importante supervisar la seguridad alimentaria de los brotes. Por lo general el problema surge por la utilización de semillas contaminadas. No obstante, muchos productores las descontaminan antes de germinarlas, pero ningún método ha probado ser completamente efectivo.
Las personas que comen brotes crudos deben estar informadas del riesgo que implica su consumo, incluso aquellos que germinan sus propias semillas, porque la contaminación bacteriana comienza ahí mismo. Por lo general, las infecciones comprometen a personas susceptibles de enfermar como niños, ancianos, mujeres embarazadas e individuos con disminución de las defensas. Sin embargo también afectan seriamente la salud de personas jóvenes y sanas.
No es necesario haber comido grandes cantidades de brotes comestibles para adquirirlas. El consumo de una pequeña cantidad alcanza para desencadenar una infección alimentaria. A veces los afectados no recuerdan haberlos comido porque eran tan solo un ingrediente más en una ensalada. //Gracias por tu visita//