
Encargada en 2010 por la FIFA, la maleta de pedido especial, hecha a mano en el histórico taller de Asnières de Louis Vuitton, cerca de París, fue meticulosamente diseñada para ajustarse al
célebre trofeo, el cual mide 36 centímetros de altura, pesa 6,175 kilos y está hecho de oro macizo de 18 quilates con una base de malaquita.
La maleta se abre por el frente y en la parte superior para permitir extraer el trofeo con facilidad cuando, en el partido final del 13 de julio que se disputa entre Argentina y Alemania, le sea entregado al capitán del equipo ganador.
La top model brasileña Gisele Bündchen será la encargada de abrir el maletín para entregárselo al flamante ganador. Su nacionalidad, su gusto por el fútbol y el vínculo con la marca hicieron que la modelo cumpliera con los requisitos indispensables para ser una de las figuras del evento.
El jugador Carles Puyol de la selección española, equipo que logró el triunfo en Sudáfrica en 2010, acompañará a la modelo con el trofeo hasta el césped del estadio.
Los pedidos especiales, característicos de la marca francesa, requieren de bocetos y prototipos elaborados hasta lograr la idea original.
Diseñadores y artesanos trabajaron en conjunto para crear un diseño especialmente pensado para trasladar nada menos que el trofeo del próximo campeón del mundo.
En su diseño no sólo se tuvo en cuenta la practicidad para llevar el premio, sino, además, el espíritu de los viajes que forman parte del ADN de la casa francesa, creada para proteger y transportar el tan deseado trofeo de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA.