
Por eso, en algunas culturas, los espejos están prohibidos, y en otras, por ejemplo, se tapan durante el tiempo de luto después del fallecimiento de un ser querido, por el temor a que aparezca su imagen.
Este síndrome también se conoce como catoptrofobia, y quienes lo padecen a veces sufren episodios de respiración entrecortada o pesada, sudoración o ansiedad ante la cercanía de una superficie reflectante. Algunos eisoptrofóbicos las temen por causa de su baja autoestima, y el hecho de evitar verse y juzgarse a sí mismos puede llegar a convertirse gradualmente en una aversión a los espejos.