Aiko Chihara trabaja "igual que otras recepcionistas", explicó Shintaro Yamamoto, director de ventas de Mitsukoshi, donde Aiko se presenta ante los clientes, los saluda, les indica dónde están las tiendas y ofrece otro tipo de información útil como los estrenos más recientes en la cartelera japonesa.
Al contrario que sus compañeros robóticos Pepper, que atiende a los clientes de la operadora Softbank, y NAO, que trabaja en el banco nipón Mitsubishi, Aiko no es capaz de interactuar con los clientes y
contestar preguntas.
"Todavía no incluye esa función, pero estamos en ello", dijo Taihei Yamaguchi, de la división de investigación y desarrollo de Toshiba, creadora de Aiko.
Ataviada con un yukata (kimono veraniego de algodón), este robot humanoide cuya apariencia es la de una mujer de 32 años, mide 1,65 metros de altura, conoce el lenguaje de signos japonés y es capaz de hablar en japonés, inglés y chino. Sus desarrolladores están trabajando para que también sea capaz de comunicarse en coreano.
"Queremos que sea multilingüe para poder aplicar esta función de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020", explicó Yamaguchi. El androide permanecerá en la recepción de los grandes almacenes Mitsukoshi durante unos días.
Aiko también estará allí durante los cinco días del mes de mayo para realizar una presentación y demostrar sus dotes en una de sus aficiones, el canto. Aunque sus dotes de recepcionista son las que se exponen estos días en la capital nipona, ese no es el propósito por el que crearon al androide. "Empezamos a desarrollar este robot para destinarlo a la atención de los ancianos. Queremos implantarlo en centros de asistencia social para mayores en un futuro para que pueda hablar y cuidar de ellos", explicó Yamaguchi.
Pepper y NAO fueron desarrollados por Aldebaran Robotics, siendo el último de ellos empleado en otras áreas. Por ejemplo, en educación o interacción con niños autistas.