
El prototipo, diseñado por De León y su equipo con un subsidio de la Agencia Espacial de los Estados Unidos (Nasa), fue probado con
anterioridad en diferentes condiciones de ambiente en el suroeste de Estados Unidos, Australia y en la Base Antártica Marambio.
El jefe de Ciencia y Tecnología de la División de Proyectos del Centro Kennedy, Jack Fox, manifestó su satisfacción por recibir al equipo NDX-1: "Nuestro laboratorio es una instalación única en su tipo y estamos contentos de trabajar con un equipo de avanzada en esta tecnología que a la larga podrá beneficiar a la Nasa y los futuros exploradores de Marte", sostuvo.
Durante esta semana los investigadores llegaron a Florida para experimentar en el Laboratorio de Regolito Lunar Simulado, una cámara especial que permite realizar pruebas en condiciones similares a las de otros planetas.
Este laboratorio posee un suelo con la misma textura del polvo lunar y soporta perfectamente la comparación con los materiales que existen en suelo marciano, razón por la cual se utilizó el NDX-1 para manipular herramientas utilizadas en los vuelos a la Luna y se analizó su posible aplicación en Marte, informó la Aate.
Debido al uso de materiales modernos y ligeros, el traje está destinado a ser una máquina autónoma que podría proteger a los astronautas de la fría atmósfera marciana y de las tormentas de polvo existentes en el planeta.
Nave en miniatura. El investigador argentino aclaró que cuando a su diseño se le dice "traje, se reduce la importancia del sistema tan complejo" que representa, y explicó que "un traje espacial es en realidad una nave espacial en miniatura, ya que debe contener los mismos sistemas que una nave, sumando movilidad y comodidad para el astronauta".
Las pruebas en el Centro Espacial Kennedy compararán al NDX-1 con un segundo prototipo, cuyas características lo convierten en un modelo más pesado y con una movilidad diferente, pero que ofrece un tipo distinto de protección.
En este sentido, los ingenieros trabajarán en estas diferencias en los diseños, analizando la movilidad, el desplazamiento y la comodidad de los astronautas a la hora de llevar adelante las diferentes tareas.
"El diseño de un traje espacial es algo que lleva su tiempo", especificó de León, y añadió que "normalmente se necesitan dos o tres años para pasar de concepto preliminar a un prototipo de traje espacial en prueba preliminar".
Asimismo, el ingeniero argentino que diseñó el traje NDX-1 señaló que las "pruebas nunca terminan", y que "hasta que sea el momento de congelar el diseño y viajar a Marte" seguirán avanzando en su desarrollo.
La Capital