24/4/25

¿Por qué algunas personas se desmayan al ver sangre o recibir una vacuna? Lo explica la ciencia... y también la psicología



¿Te pasó alguna vez o conocés a alguien que, apenas le muestran una aguja, se pone pálido como una hoja y cae redondo al piso? No estás solo. Desmayarse al ver sangre o al recibir una vacuna es más común de lo que se piensa y tiene una explicación médica… y también psicológica.



Este fenómeno se llama síncope vasovagal, y aunque suena complicado, es básicamente una respuesta exagerada del cuerpo ante ciertos estímulos, como una inyección, una herida o incluso ver sangre en una película. En pocas palabras: el cuerpo entra en un modo de “alarma” y reacciona de una forma inesperada.

Lo curioso es que, ante este tipo de situaciones, en lugar de activarse el clásico “modo pelea o huida” que acelera el corazón, el cuerpo de estas personas hace lo contrario: baja la presión arterial y la frecuencia cardíaca de golpe. Resultado: el cerebro se queda sin suficiente oxígeno por unos segundos... y ahí viene el famoso desmayo.

Ahora bien, ¿por qué pasa esto? La medicina lo estudia desde la neurología y la cardiología, porque hay toda una red de nervios involucrada (especialmente el nervio vago, de ahí el nombre “vasovagal”). Pero la psicología también tiene mucho que decir, especialmente desde áreas como la psicología clínica o la neuropsicología. Muchos especialistas explican que se trata de una respuesta que puede estar influenciada por experiencias pasadas, ansiedad, miedo o incluso aprendizaje (sí, si viste a alguien desmayarse, tu cerebro pudo “aprender” a reaccionar igual).

Los expertos recomiendan no minimizar estos episodios. Aunque la mayoría no son graves, sí pueden ser peligrosos si ocurren en lugares poco seguros. ¿Una buena noticia? Hay técnicas para controlarlos. Desde ejercicios de respiración hasta terapia cognitivo-conductual, pasando por trucos como tensar los músculos antes de una vacuna.

Así que ya sabés: si sos de los que ve sangre y siente que se le aflojan las piernas, no sos un bicho raro. Hay ciencia detrás, hay soluciones, y hay un montón de gente como vos.