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En la sombra radioactiva de Chernóbil, donde el tiempo se detuvo en 1986 tras la explosión nuclear, descendientes de mascotas abandonadas vagan libres. Cerca de 700 perros, cuidados por la organización Dogs of Chernobyl desde 2017, han desarrollado mutaciones genéticas que los hacen resistentes a la radiación y metales pesados, según un estudio de la Universidad de Columbia publicado en 2023.
El 13 de octubre de 2025, voluntarios quedaron atónitos: tres perros, sanos y juguetones, lucían pelaje completamente azul. "No eran azules la semana pasada", advirtieron en un video viral de TikTok (@dogsofchernobyl). Activos y sin síntomas de enfermedad, los canes merodean la zona de exclusión, un área de 47 km² con radiación seis veces superior al límite humano.
La hipótesis principal: contacto con químicos desconocidos, posiblemente cobre o cobalto, que tiñen sin dañar. No mutación radioactiva, aclaran expertos. Los voluntarios intentan capturarlos para análisis, mientras la naturaleza desafía lo imposible en este ecosistema hostil.
