La idea de poner esta innovadora serie de máquinas expendedoras (capaces de contener entre 500 y mil litros) para que el público pueda servirse el vino por sí mismo fue de la francesa Astrid Terzian, titular de la bodega La Cuve, Réserves Précieuses.
La máquina ofrece tres opciones etílicas: tinto, blanco o rosé. Lo bueno del sistema es que no sólo es más barato, a un costo de U$S 2 el litro ya que obviamente el cliente no paga el envase, sino que se trata de una alternativa ecológica. Es lógico, ya que el sistema elimina la necesidad de fabricar recipientes como cajas de cartón o envases de vidrio.
El modo de uso es bastante fácil: basta desprender la pistola del octanaje, llenar el bidón o la botella, tomar el recibo y pagar.
