
El inicio del año 4709 del calendario chino fue celebrado ayer en el Barrio Chino porteño con una fiesta que contó con dos escenarios, danzas tradicionales y tango y puestos de comida, entre los cuales se paseaban el dragón y el león mitológicos, ante una concurrencia multitudinaria de más de 60 mil personas.
En una jornada fresca, con el cielo brillante y despejado, el Barrio Chino se vistió de fiesta con adornos rojos y amarillos, como los típicos faroles que colgaban sobre las calles y los toldos de los puestos de gastronomía, artesanía, literatura, astrología, cultura y arte chino, frente a los cuales se apiñaba gente de origen asiático y occidental.
La feria gastronómica abrió casi al mediodía y poco después se inauguró oficialmente el festejo, con palabras de los organizadores, como Margarita Hsieh vicepresidenta de la Asociación Barrio Chino de Buenos Aires, y Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires.
Luego, el locutor Carlos Lin Wen Chen se encargó de la animación del festejo, que comenzó con el despertar del dragón, mediante la ceremonia de "Clavado de Pupilas" a cargo de jóvenes del templo Fo Guang Shan.
Hasta entonces, el dragón yacía al pie del escenario, y fue despertado de su sueño cuando con una pluma se le pintaron las pupilas, tras lo cual subió y realizó la danza tradicional, para luego danzar durante toda la tarde entre el público.
En los dos escenarios montados para el clásico festejo se sucedieron diversos números, como demostraciones de artes marciales, entre las que descollaron el Mu Lang Chuá, una danza guerrera practicada sólo por mujeres -surgida de una leyenda de una guerrera china-, que vestían atuendos rojos, y una representación de Tai Chi con espadas, a cargo de un grupo con atuendo amarillo.
También el espectáculo de tambores japoneses "taiko", realizado por miembros de la colectividad nipona especialmente invitados, fue calurosamente aplaudido por el público.
Más tarde se presentó Tango de la Integración, un espectáculo con la orquesta Santa Ponja, un cuarteto formado por músicos asiáticos -en especial japoneses- y argentinos, de la misma manera que el grupo de bailarines.
Una fiesta para todos
Carola Kuo, directora de la Asociación Cultural Chino Argentina dijo que el evento de año nuevo "es nuestra fiesta más importante y la celebramos todos los años desde que llegamos a Argentina, pero al principio era sólo una fiesta familiar, luego fue del barrio y cada vez llegaba más gente".
Por ese motivo, "hace cinco años decidimos hacer esta fiesta abierta, con escenarios y espectáculos mixtos, para que participe toda la gente y lograr una mayor integración cultural entre chinos y argentinos".