Bezerra Silvares sufre lo que se conoce como compulsión orgásmica, una dolencia provocada por una alteración química en la región cerebral del córtex, que le produce ataques de angustia que sólo puede aliviar sintiendo un orgasmo. Hubo un día que me tuve que masturbar 47 veces", confesó la mujer al diario brasileño Regiao Noroeste. "Comencé a suponer que eso no podía ser normal, y decidí pedir ayuda", agregó.
La contadora comenzó un tratamiento médico con el doctor Carlos Howert Junior, especialista en Neurología Sexual, que incluye un fuerte cóctel de ansiolíticos, gracias al cual sólo necesita masturbarse unas 18 veces diarias. Sin embargo, esa frecuencia la obliga a "relajarse" también durante sus horarios de trabajo.
El inconveniente la llevó a una batalla legal con su empresa que finalmente ganó. El Ministerio de Trabajo la autorizó a masturbarse durante 15 minutos cada dos horas para aliviar tensiones. Además, un juez le permitió utilizar la computadora de la empresa para acceder a "imágenes eróticas que alimenten su deseo".