
La policía de tráfico de Bangalore (India) ha instalado en sus saturadas calles tres figuras de policías de cartón para así disuadir a los posibles infractores.
Y parece que el invento les ha funcionado porque ya planean instalar diez figuras más. Resulta curioso que para llegar a este extremo se han inspirado en campañas similares realizadas por la policía de Norteamérica y algunos países europeos.
Está claro que el elemento disuasorio lo consiguen sin mayores problemas. Siempre que la figura la vayan cambiando de lugar, porque la gente no es tonta y si no se mueve al final se acabarán dando cuenta de la jugada.
¿Pero qué pasa cuando realmente es necesario que en un lugar haya un agente de verdad, no un cartón? Y resulta que no hay agentes de verdad disponibles porque se ha recortado al máximo la plantilla por cuestiones presupuestarias. Si hay miseria, que no se note... ¿O sí?