básicamente el frío intenso, la humedad y los cambios bruscos de temperatura. También el estrés, el tabaquismo, los cambios hormonales en las mujeres y algunos medicamentos como los betabloqueantes. ¿Por qué se forman? “Debido a la pérdida de calor, los vasos sanguíneos se contraen”, explica Allevato, que además es profesor de la UBA. “A la tarde hace calor –continúa–, y a la noche frío, por ejemplo, como viene ocurriendo en los últimos meses. Ni la piel ni el individuo están preparados para esos cambios: la gente sale de mangas cortas o sin medias, refresca repentinamente, y cuando esos vasos sanguíneos terminales sufren el frío aparecen estos cuadros que son mayormente benignos, pero deben tratarse con un especialista para no correr el riesgo de que se infecten como consecuencia del rascado”. Los cambios de temperaturas son moneda corriente en este otoño-invierno. A mediados de mayo, Capital y la provincia de Buenos Aires soportaron la primera ola polar del año, con mínimas de sólo 2 grados. Pocos días después, las temperaturas máximas llegaron a los 15 grados y el termómetro subió y llegó a superar la barrera de los 20 grados. Esta semana reapareció el frío, con mínimas de 3 grados. Allevato señala que décadas atrás, cuando en los hogares y en los autos había menos recursos para calefaccionar como ahora, se veían más casos de pacientes con perniosis. “Eran tiempos en que las madres calentaban las camas con bolsas de agua caliente pero las habitaciones estaban muy frías; los inviernos eran mucho más severos que ahora y los dedos, orejas, mejillas tenían más contacto con el frío extremo sin grandes cambios de temperatura”, compara. Los sabañones duran unas dos a tres semanas; pueden afectar un solo pie o los dos, varias zonas del cuerpo (siempre las más expuestas al frío) o una sola. Y, eventualmente, pueden evolucionar a la ulceración con formación de cicatriz”. Puede ocurrir a cualquier edad, incluyendo niños, pero la franja de mayor incidencia se da entre los 15 a 30 años y mayormente en mujeres, debido a los cambios hormonales que ocurren en ese período. Las lesiones se identifican fácilmente: se observan rojo azuladas, desaparecen al presionarlas (por efectivo de la vitropresión) y al tacto se presentan frías. Los nódulos, además, pueden formar ampollas o costras y, en casos más severos, los pacientes pueden sufrir secuelas atróficas y deformidades. “Es importante ir al médico ante las primeras lesiones porque la inflamación puede volverse crónica y corre el riesgo de infectarse”, explica Julio Gil, dermatólogo y miembro de la comisión directiva de la SAD. Para aliviar los síntomas, los especialistas pueden llegar a indicar antiinflamatorios en cremas, ungüentos o medicamentos por vía oral.
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PORQUE LA 106 ES LA MAS ELEGIDA
9/7/13
Salud: Volvieron los sabañones
básicamente el frío intenso, la humedad y los cambios bruscos de temperatura. También el estrés, el tabaquismo, los cambios hormonales en las mujeres y algunos medicamentos como los betabloqueantes. ¿Por qué se forman? “Debido a la pérdida de calor, los vasos sanguíneos se contraen”, explica Allevato, que además es profesor de la UBA. “A la tarde hace calor –continúa–, y a la noche frío, por ejemplo, como viene ocurriendo en los últimos meses. Ni la piel ni el individuo están preparados para esos cambios: la gente sale de mangas cortas o sin medias, refresca repentinamente, y cuando esos vasos sanguíneos terminales sufren el frío aparecen estos cuadros que son mayormente benignos, pero deben tratarse con un especialista para no correr el riesgo de que se infecten como consecuencia del rascado”. Los cambios de temperaturas son moneda corriente en este otoño-invierno. A mediados de mayo, Capital y la provincia de Buenos Aires soportaron la primera ola polar del año, con mínimas de sólo 2 grados. Pocos días después, las temperaturas máximas llegaron a los 15 grados y el termómetro subió y llegó a superar la barrera de los 20 grados. Esta semana reapareció el frío, con mínimas de 3 grados. Allevato señala que décadas atrás, cuando en los hogares y en los autos había menos recursos para calefaccionar como ahora, se veían más casos de pacientes con perniosis. “Eran tiempos en que las madres calentaban las camas con bolsas de agua caliente pero las habitaciones estaban muy frías; los inviernos eran mucho más severos que ahora y los dedos, orejas, mejillas tenían más contacto con el frío extremo sin grandes cambios de temperatura”, compara. Los sabañones duran unas dos a tres semanas; pueden afectar un solo pie o los dos, varias zonas del cuerpo (siempre las más expuestas al frío) o una sola. Y, eventualmente, pueden evolucionar a la ulceración con formación de cicatriz”. Puede ocurrir a cualquier edad, incluyendo niños, pero la franja de mayor incidencia se da entre los 15 a 30 años y mayormente en mujeres, debido a los cambios hormonales que ocurren en ese período. Las lesiones se identifican fácilmente: se observan rojo azuladas, desaparecen al presionarlas (por efectivo de la vitropresión) y al tacto se presentan frías. Los nódulos, además, pueden formar ampollas o costras y, en casos más severos, los pacientes pueden sufrir secuelas atróficas y deformidades. “Es importante ir al médico ante las primeras lesiones porque la inflamación puede volverse crónica y corre el riesgo de infectarse”, explica Julio Gil, dermatólogo y miembro de la comisión directiva de la SAD. Para aliviar los síntomas, los especialistas pueden llegar a indicar antiinflamatorios en cremas, ungüentos o medicamentos por vía oral.