“Decidí dejar de lavarme el pelo con shampoo en enero de 2012 y desde entonces no lo vuelto a usar ni una sola vez”, cuenta a BBC Mundo la británica Lucy AitkenRead. Y el cambio fue drástico: de usar dos o tres productos por día para lavar, desenredar e hidratar y nutrir su cabello, pasó a utilizar sólo agua. “Pasé por tres meses de pelo horrible, seguidos de dos meses más de pelo regular, pero ahora es maravilloso. Sólo al principio fue duro”,
recuerda. El cambio radical en sus cuidados higiénicos se hizo a partir de una nota periodística. Allí la mujer leyó todos los químicos que se utilizan para cuidar el pelo y otras partes del cuerpo y dijo basta. Y dice que su pelo no huele mal, sino sólo natural.