
El incidente tuvo lugar en la plaza de toros de Playas, en Tijuana, como parte de la gira mundial Sex&Love frente a unos 12.000 espectadores.

Sin embargo, Enrique hizo oídos sordos a las sugerencias para suspender el show y trasladarse a un hospital, por lo que siguió firme en el escenario otra media hora con su habitual camiseta blanca manchada de sangre, para locura de sus fans.
El propio representante del español, Joe Bonilla, destacó la predisposición del artista al compartir las imágenes desde su cuenta de Instagram: "¡Una muestra más de su profesionalismo! El espectáculo debe de continuar". Lógico que al finalizar el concierto, Enrique Iglesias fue al aeropuerto en ambulancia y se trasladó a Los Ángeles, donde lo atendió un especialista.