
La expectativa por la emisión del flamante papel moneda es alta, teniendo en cuenta la repercusión que tuvo el de $500. Actualmente hay en circulación 34,3 millones de yaguaretés y su entrada mostró rápidamente efectos positivos. Los típicos problemas que hasta hace poco tiempo se vivían durante los fines de semana con los cajeros automáticos -se quedaban vacíos y había que ampliar la recorrida para conseguir cash- ya no se sienten.
Otro de los beneficios es que ya no hay que hacer tediosas colas frente a las máquinas. La entrega de la plata es mucho más rápida, como así también la acción posterior del cliente, ya que la extracción media bajó de 30 billetes a sólo 6 (en caso de que se saquen $3.000).
Para los pagos y depósitos por caja también fueron un alivio. La mayoría incluyen los billetes de $500 y eso achica a un quinto los tiempos de recuento, además de reducir las filas en las sucursales.
“La incorporación de papel moneda de mayor denominación es una necesidad práctica para el mejor funcionamiento de cajeros automáticos y la reducción de costos de traslado de efectivo. De todos modos, el Banco Central alentará el mayor uso de medios electrónicos de pago para de las transacciones y avanzará en esa dirección en el futuro cercano”, había indicado la entidad en un comunicado.
Entre los aspectos negativos, se destaca el temor de que vuelvan los robos a los cajeros, ya que el botín pasó de $800 mil a $4 millones.