
En un año, y con esfuerzo, logró cambiar su vida y su cuerpo: pasó a pesar 47 kilos y poseer un cuerpo envidiable. Pero algo que para cualquier marido significaría un motivo de orgullo, para el esposo de Angela fue todo lo contrario, ya que le pidió el divorcio.

"Yo no quería estar más frente a la televisión comiendo snacks y bebiendo. Empecé a tener ataques de pánico porque no quería seguir siendo obesa", dice Angela. La mujer ahora tiene una cuenta en Instagram donde miles de seguidores la felicitan por su estado y le piden matrimonio. Ella agrega: "No me arrepiento de cómo cambió mi vida y estoy lista para conocer a alguien que tenga mi mismo estilo de vida e intereses".