Se trata de un estudio que realizó la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos que dio como resultado que la escasa interacción con otras personas afecta a la salud de tal manera que podría ser peor que fumar 15 cigarrillos al día. Para dicho estudio los investigadores midieron la presión arterial, el índice de masa corporal, el tamaño de la cintura y los niveles de proteína C de todos los participantes (adolescentes y adultos de mediana edad), para después someterlos a un cuestionario y así averiguar la frecuencia con la que veían a su familia, amigos y otras personas cercanas.
También analizaron a las personas que permanecían en un sólo lugar y sin ver a sus familiares.
Fue entonces cuando descubrieron que el aislamiento influye de forma negativa en el organismo de las personas ya que hace que las hormonas del estrés aumenten las posibilidades de padecer diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas.
Por lo que se dice que llevando estos problemas al extremo, podría igualar el efecto que produce el tabaco en el cuerpo humano.
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La falta de estimulación mental también significa que las personas solitarias tienen un 64 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia y, en general, corren mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Se dice que la soledad y el aislamiento social conducen a la inactividad física, alcoholismo y/o tabaquismo, y luego pueden generar obesidad.
Es por ello que en el Reino Unido, el gobierno lanzó una medida de seguridad para combatir la soledad. Fue un impulso para alentar a los voluntarios a ayudar a reducir el aislamiento en todas las áreas de la comunidad.
