Tanto la niebla como la neblina se refieren a la presencia de partículas de agua en el aire que reducen la visibilidad. La diferencia entre ambas radica en la densidad y el espesor de las partículas de agua en suspensión.
La niebla se refiere a una nube baja y densa de partículas de agua que se encuentra en el suelo y que reduce significativamente la visibilidad a menos de un kilómetro. La niebla suele formarse en las regiones costeras y en las zonas con ríos y lagos, especialmente en las horas tempranas de la mañana o en las últimas horas del día, cuando la temperatura desciende y el aire se enfría, lo que provoca que la humedad del aire se condense y forme niebla.
Por otro lado, la neblina se refiere a una nube baja y ligera de partículas de agua en el aire que no reduce tanto la visibilidad como la niebla, permitiendo ver objetos a una distancia mayor de un kilómetro. La neblina se produce por la presencia de humedad en el aire, pero en menor cantidad que en la niebla. La neblina es más común en las zonas montañosas, donde el aire húmedo se eleva y se enfría, lo que produce la condensación de la humedad y la formación de neblina.
Para distinguir entre niebla y neblina, se puede observar la visibilidad y la densidad de las partículas de agua. Si la visibilidad es muy limitada y las partículas de agua son densas, probablemente se está frente a una niebla. Si la visibilidad es reducida pero se pueden distinguir los objetos a una distancia mayor de un kilómetro, se trata de una neblina.
