Según la investigación científica, las dos etapas de la vida en las que las personas tienden a ser más felices son:
La adolescencia y los primeros años de la adultez joven:
Varios estudios han encontrado que los niveles de felicidad tienden a ser elevados durante la adolescencia y los primeros 20 años de vida.
Esto se debe en parte a la vitalidad, el optimismo y la apertura a nuevas experiencias que caracterizan a estas etapas.
También influye la ausencia de muchas de las responsabilidades y preocupaciones que llegan con la adultez.
La vejez:
Diversos estudios longitudinales han demostrado que los niveles de felicidad tienden a aumentar nuevamente después de los 60-65 años.
Esto puede deberse a una mayor aceptación de sí mismo, menos estrés laboral y familiar, y una perspectiva más tranquila y agradecida sobre la vida.
Los adultos mayores también suelen disfrutar más del tiempo libre, las relaciones y actividades significativas.
Es importante recalcar que la felicidad es algo muy subjetivo y personal, y que factores como la salud, las relaciones y las circunstancias individuales también influyen mucho. Pero estos son dos de los principales hallazgos de la investigación científica sobre los patrones de felicidad a lo largo del ciclo vital.