Asjabad, la ciudad más "rara" del mundo, se encuentra en el corazón de Turkmenistán, en medio del desierto de Karakum. Esta ciudad es un verdadero oasis de singularidades que cautiva a los visitantes con su combinación de modernidad y tradición.
Uno de los rasgos más distintivos de Asjabad es la regla que exige que todos los vehículos que circulan por sus calles sean de color blanco. Esta norma no se debe a una simple cuestión estética, sino que está profundamente arraigada en la cultura turcomana. En esta sociedad, el blanco es considerado un símbolo de buena suerte y prosperidad, por lo que las autoridades prohíben terminantemente la circulación de autos de otros colores. Aquellos que no cumplan con esta regla se enfrentan a severas multas. Esta uniformidad cromática crea una atmósfera futurista y onírica, convirtiendo a Asjabad en un lugar único en el mundo.
Pero la singularidad de esta ciudad no se limita a los vehículos. Su arquitectura también es extraordinaria, con 543 edificios revestidos de mármol blanco que ocupan un área de 4,5 millones de metros cuadrados. Esta concentración de construcciones de mármol en un mismo lugar es la mayor del mundo, transformando a Asjabad en un verdadero oasis de opulencia y grandeza en medio del desierto. Esta impresionante puesta en escena ha llevado a la ciudad a establecer varios récords Guinness, como la rueda de la fortuna más grande del planeta y la noria cubierta más alta.
Otro de los atractivos distintivos de Asjabad es su museo de alfombras, el más grande del mundo. Este espacio celebra la rica tradición artesanal de Turkmenistán, y alberga la alfombra hecha a mano más grande, que cubre 300 metros cuadrados y pesa más de una tonelada. Además, el Parque de la Independencia cuenta con un complejo de fuentes considerado el más grande y deslumbrante del mundo, con 27 fuentes que sincronizan agua y luces en un espectáculo visual impresionante.
Pero quizás lo más fascinante de Asjabad sea la "Puerta del Infierno", un cráter ardiente que ha estado en llamas desde 1971. Este fenómeno natural único, ubicado a las afueras de la ciudad, ilumina el paisaje nocturno y ofrece a los visitantes una experiencia visual verdaderamente memorable.