En el Buenos Aires de los edificios antiguos y los secretos susurrados, la ficción y la realidad se cruzan en dos historias que reflejan el poder de quienes sostienen las llaves. La serie El Encargado y el caso de Beatriz Sarlo, la ensayista fallecida en diciembre de 2024, tejen un paralelismo inquietante sobre confianza, ambición y legados disputados.
En la tercera temporada de El Encargado (Disney+, 2024), Eliseo, interpretado por Guillermo Francella, hereda el departamento de Doña Beba, una vecina anciana y solitaria. Con su encanto manipulador, Eliseo se gana su afecto, organizándole actividades y acompañándola en su soledad. Tras la muerte de Beba, el departamento pasa a sus manos, convirtiéndose en la sede de su empresa, “Soluciones Integrales Basurto”. La serie, con su humor negro, sugiere que la herencia es fruto de su astucia, sin oposición de los vecinos, consolidando su reinado en el edificio de Barrancas de Belgrano.
A pocos kilómetros, en Caballito, el drama real de Beatriz Sarlo se desarrolla con tintes de guion. Melanio Alberto Meza López, encargado del edificio donde vivió la intelectual, reclama su departamento y la custodia de su gata, Niní, basándose en dos notas manuscritas de dudosa redacción, fechadas en 2024. Amigos cercanos de Sarlo, como Sylvia Saítta y David Oubiña, denuncian que Meza López vende su valiosa colección de discos, insinuando fines mercantiles. La disputa frena los planes de Alberto Sato, exmarido de Sarlo, de crear una fundación con el departamento. Mientras la justicia analiza las firmas, el legado de Sarlo pende de un hilo.
Ambos encargados, Eliseo y Meza López, aprovechan su cercanía con mujeres mayores para reclamar propiedades. En la ficción, Eliseo triunfa sin cuestionamientos; en la realidad, Meza López enfrenta un litigio que expone preguntas éticas. Las llaves, símbolo de acceso y poder, abren puertas a la ambición, pero también a la controversia. Mientras El Encargado nos hace reír con las artimañas de Eliseo, el caso Sarlo nos recuerda que los legados culturales no se heredan tan fácilmente.