La increíble situación tiene como objetivo evitar que un conductor que no lleva puesto el cinturón sea
detectado, a golpe de vista, por la policía local. O resulte fotografiado por alguna cámara de tránsito. Pero, claro, el "método" es altamente riesgoso para la seguridad vial. Y los peligros pueden ser mucho más graves que una sanción económica.
Los agentes llevan tiempo avisando del riesgo que supone el uso de esta remera, que se puso de moda entre los conductores para evitar ser cazados por las cámaras de tránsito. Así, no se puede distinguir si se trata de un cinturón de seguridad real o no.
Según la Guardia Civil española, el 23% de los fallecidos en accidentes de tránsito en 2016 no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Por su parte, la Comisión Europea afirma que viajar sin cinturón es la segunda causa de muerte en rutas, por detrás del exceso de velocidad y por encima del consumo de alcohol y drogas.
